Imagen de una sacerdotisa americana |
En las sociedades primitivas, se recurría a ella no sólo
para que utilizara su poder de sanadora en caso de enfermedad o accidente.
También era buscada cuando eran necesarios consejos ante cualquier contingencia,
ya que se le consideraba una mujer experimentada, y por lo tanto sabia. Su
función como partera era vital para preservar la salud tanto de la madre como
de los nuevos bebés que ayudaba a nacer, y de esta manera ayudar a la
preservación de la vida.
Imagen de 3 brujas europeas |
Estas mujeres simbolizaban el equilibrio de la conciencia y
las energías femeninas dentro de una sociedad y una religión dominadas por hombres,
pero como estos poderes representaban una clara amenaza para la estructura
masculina durante la época medieval se las persiguió sin tregua hasta
virtualmente destruir la tradición de la bruja o hechicera en la sociedad.
Imagen de una curandera africana |
La bruja se transformó entonces en objeto de broma: comenzó
a aparecer en los cuentos como una figura cómica o malvada. El miedo y la
vergüenza que posteriormente provocó su imagen, hicieron que la mujeres dejasen
de expresar aquellas habilidades que habrían supuesto el resurgimiento de la
tradición.
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